El Majo clase social media, con un mayor empaque, que los anteriores, amigos de la tranquilidad, de bailes y festejos, dentro siempre del orden, pero de gestos y ademanes enérgicos.
Sus profesiones, solían ser; ebanistas, plateros, zapateros, alguaciles, alarifes, guarnicioneros etc. Procedían del barrio de Maravillas, celosos de su honor, valientes, defensores de lo nacional frente a lo extranjero.
En cuanto a la vestimenta había difererncias, no obstante, las prendas que solían húsar unos y otros eran: sombrero de ala ancha, bicornio, o apuntado, redecilla para el pelo, o pañuelo, capa larga, chaquetilla o marsellés ajustado, calzón con media blanca, faja, navaja, zapatillas con hebilla.
Y pasamos a los Chisperos estos últimos procedentes de la calle del Barquillo, donde en entonces se encontraban las fraguas y de ahí su nombre. Gente parecida a los Manolos, aunque más poderosos que estos, pendencieros, matones guardaespaldas, entre sus profesiones, torneros, broncistas, herreros, con vocación torera, chulos, guapos, encargados de ajustes de cuentas.
Nos queda el Petimetre y el Currutaco, los dejamos para otra ocasión.
Y llegados a este punto, para tener una idea sus vestimentas me remito a la pequeña ilustración que acompaño.
Al final ellos fueron con sus defectos, virtudes y costumbres, pero con un alto sentido del honor y patriotismo los que se inmolaron en aquel memorable 2 de mayo de 1808.
Por: Jesús Bartolomé García